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Wednesday, June 27, 2007 

Gran Caballero del Noise - Parte I

Voodoo Jazz tiene el honor de presentarles la primera parte de la entrevista que se realizó el 14 de marzo de 2007 al músico y periodista, Alonso Arreola, sobre su proyecto LabA. Para mayor información pueden consultar: http://www.labalonso.com/ www.myspace.com/labaalonso

VJ: ¿LabA es un respiro a la industria del disco o el tiro de gracia que la va a sepultar?
AA: Lo que me gustaría decir de entrada sobre eso, independientemente de que la gente saque sus propias conclusiones, es que nunca fue hecho con esa intención. Hay una intención musical y artística primeramente, y ya cuando la música estaba hecha y grabada, con base a mi experiencia con mi grupo, que es La Barranca, o en muchas otras facetas de la industria…de pronto dije la música ya esta hecha en los términos que yo quiero, pero se que a partir de este momento empieza el sufrimiento. Porque me la había pasado muy bien componiéndola, grabándola, haciéndola con amigos. Todo estuvo realmente muy bien. Y claro, venía el momento del sufrimiento, de sufrir a la industria. Fue hasta ese momento que realmente me planteé la idea de hacer las cosas de manera diferente. Creo que al ser música instrumental, atípica en muchos sentidos, es difícil pensar que le pueda dar el tiro de gracia a un monstruo como el de la industria. Pero si ha hecho olas y está causando preguntas. De eso se trataba.

VJ: ¿Qué es LabA?
AA: Es mi laboratorio, es mi propio laberinto. Es Lab-A, que son dos ideas unidas. El proyecto surge porque como cualquier músico hago música paralelamente a mi trabajo con La Barranca, y había estado guardando ideas desde hace mucho tiempo y decidí hacer tributo a personas admiradas y a cosas que me gustan. Es una colección de gustos; es un inventario personal. Están las comidas, están mis perros, músicos a los que admiro mucho de México y fuera de México. Todo girando alrededor de la literatura, el bajo y las matemáticas.

VJ: Sobre las colaboraciones del disco, en especial la de de Juan José Arreola…
AA: Evidentemente, él tiene rato que ya no está con nosotros. Pero decidí, en este tributo a la literatura, incluirlo. Hacer una pieza en la que dialogara él con el bajo eléctrico. Aproveché justamente un texto suyo, que es como muy musical que se llama “Balada.” Quise invitar a gente que me parece que no sólo comulga con ideas estéticas, sino que realmente creo que es valiosa dentro y fuera de México.

VJ: ¿Porqué el tributo a las matemáticas, a la música y la literatura?
AA: Ya es algo sabido, pero en realidad la música es matemática aplicada. Además hay que decir que la inspiración de esta idea no es un rollo intelectualoide. Es tratar de unir esta idea de la proporción áurea, que es una idea griega, que es como decir que la belleza también puede medirse matemáticamente o se puede aproximar uno a ella en términos matemáticos. La música es una prueba de eso. Por eso el arte mismo del disco hecha mano de la matemática, pero también de cosas orgánicas. De eso trata el disco. No es música electrónica. Es música ejecutada por gente con ciertos conceptos matemáticos que a la vez busca ser muy orgánica. Por eso el disco esta lleno de gritos, susurros, cubetas, agua, bártulos de cocina, silbidos. Busca comulgar la idea de la belleza con la imperfección. Porque algo que pasa en las grabaciones que oímos ahora, de muchos grupos de cualquier género, es que son demasiado perfectas; o intentan serlo. Entonces se vuelvan asépticas. Es como entrar en un hospital sonoro.


VJ: Sobre “La Tumba de Filidor”…
AA: Es un tributo a Filidor. Que fue un jugador de ajedrez francés y músico. Me acordé de un poema precioso de Jorge Luís Borges que dice: “Cuando los jugadores se hayan ido, cuando el tiempo los haya consumido, ciertamente no terminará este rito.”
Quise darle un toque arabesco por los orígenes del ajedrez. Y vino muy bien al caso invitar a Mauricio Sotelo a utilizar el charrófono, invento de su hermano, que es un maestro de metalistería. Es como una citara, pero pequeña y de metal. …quería que pese al sonido contundente del bajo la pieza tuviera mucha calidez, sonidos de madera y orgánicos. Por eso está el charrófono, el marimbol y el cuarteto de cuerdas.

VJ: ¿Cómo pediste a los músicos que participaran en este proyecto?
AA: Por eso decidí hacerme cargo de todo el asunto; en todos los niveles. Para no depender de la decisión de nadie más. Afortunadamente, Gerardo Rosado fue cómplice fundamental para llevarlo a cabo. Partiendo de ese asunto sólo quedaba convencer, pero en plan de amistad y plan estético. A todos los músicos que están allí los conozco desde hace tiempo. Les presenté la música, les dije qué quería que hicieran, y a los extranjeros los traje a México. Afortunadamente, a todo el mundo le gustó la música. Ellos tienen un aprecio hacía lo que yo hago, entonces no fue difícil. La parte difícil vino después con los benefactores. Con la gente que puso la lana para financiar una edición, que como verán en la página de Internet, es de lujo.

VJ: ¿Pensaste cada pieza sabiendo de antemano que músico iba a estar en el proyecto?
AA: No. Yo sabía que iba a invitar a algunos, y para muy pocos compuse algo específicamente. Es el caso de Trey Gunn (King Crimson), Michael Manring, David Fiuczynski (Screaming Headless Torsos) y Jaime López. Tenía muchas maquetas; mucha música. Me fui quedando con lo que me parecía mejor y entonces fue que decidí en qué pieza estaría mejor invitar a quién. Lo que si sabía era a quiénes quería tener; a quiénes invitar. Pero no específicamente para qué rola cada uno. Eso lo vería después. Porque en realidad se trata de músicos con un lenguaje vasto y con mucha capacidad técnica. Sabía que podían funcionar en una pieza u otra.

VJ: ¿Tu innovación con los benefactores de este proyecto es un aliciente para los creadores en general para generar más obra?
AA: Yo tengo una frase que es un poco pesimista, pero la uso en plan positivo: “Para ganar la batalla, hay que dar la batalla por perdida.” A partir de eso cuando realmente se es artista independiente y tienes que ser autogestivo y hacer las cosas tú. Si hechas mano correctamente de la tecnología y no tienes falsas pretensiones de rockstar de closet ni nada de eso. Si tienes la disposición de además de hacer música, ponerte a trabajar en otras cosas. Puedes sacar fácilmente un tiraje de 3,000 unidades con un empaque muy digno, sin que te cueste tanto dinero. Buscando financiamiento con diversas personas. Pero hay que buscarlo. Yo quise ir un poco más allá, por eso hice 10,000 unidades y en un empaque de lujo. Porque como bien decías en la cápsula, esto es musical, es un disco, es lo que más me importa. Pero como decía Magritte: “Esto no es una pipa.” Las cosas no son solo lo que parecen. Quería mandar un mensaje en muchos otros sentidos. Un mensaje en el que decía: estoy yo, está mi música, está la gente y están benefactores que creen en mí, en lo que yo hago. No necesitamos nada más. Podemos hacer un club. No necesitamos distribuidores que se agandallen el 100% para poner el disco en una tienda. No necesitamos a la tienda misma, que se agandalle otro 100% para pagar a quien sabe cuantos empleados. No necesitamos comprimir y vender comprimido. Aunque en mi disco hay una invitación a que la gente -ya que lo tiene- lo comprima, lo reparta, lo regale, lo quema o lo que quiera, pero mencionando quien es el autor y los benefactores.

continuará...